Nombre/Latín
Apio/Apium graveolens
El apio pertenece a la familia de las Apiáceas que abarca alrededor de 250 géneros y más de 2.500 especies. La mayoría son plantas de invierno y se reconocen por su aroma. Normalmente son las semillas las que contienen los aceites esenciales responsables de su sabor, pero en otras todas las partes de la planta son aromáticas.
Forma: el apio es un tallo grueso, hueco, estriado y alargado que se compone de pencas de forma cilíndrica, recorridas longitudinalmente por un surco profundo, de las que brotan numerosas hojas con apariencia semejante al perejil.
Sabor: las hojas tienen un sabor muy intenso, ligeramente amargo y agradable. El sabor del tallo es más suave y tiene cierto gusto anisado y una textura crujiente.
Variedades
Podemos distinguir cerca de 15 variedades botánicas de la planta. El Apium graveolens var. dulce es la más importante. Aun así, según la localización geográfica, los tipos de apio varían.
La principal diferencia del apio está en el color, por lo que podemos clasificarlo en dos grandes grupos: apio verde y apio blanquecino o amarillento.
Verdes: son variedades de fuerte crecimiento y más fáciles de cultivar. Entre las más utilizadas destacan: D´Elne, Pascal, Repager R., Florida y Utah.
Amarillas: su cultivo resulta más dificultoso, aunque son más apreciadas, destacan: Blanc de Perpignan, Celebrity, Golden, Light y Dore Chemin.
Origen
El apio silvestre, crece desde hace muchos años de forma espontánea en Europa y del oeste de Asia. Se la considera una planta nativa de las regiones mediterráneas, aunque el origen es aún motivo de discusión. Existen documentos antiguos en los que consta que el apio o una planta muy parecida, fue cultivada antes del año 850 a.C.
Esta hortaliza fue muy utilizada por egipcios, griegos y romanos porque era considerada una simple planta aromática, sin aprovechamiento culinario ni medicinal, hasta que Hipócrates, médico griego del siglo V a.C., lo elogió como potente diurético. Fue en la Edad Media cuando creció el interés por sus propiedades saludables.
Valor nutricional y propiedades
El apio contiene vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C y E, minerales como el potasio, sodio, calcio, zinc, magnesio, hierro, azufre, fósforo, cobre y silicio, aceite esencial y fibra.
El apio es una verdura con acción antioxidante, cardioprotector, antibacteriana, diurética, antiinflamatorio, expectorante, depurativa, sedante, digestiva, inmunoestimulante y analgésico.
Beneficios para la salud del consumo del apio:
Como ves son ¡un montón!
Usos culinarios. Qué hacer con el apio
Del apio, se aprovecha todo y en la cocina, podemos usarla de muchas maneras. Si las hojas y pencas están verdes, se pueden utilizar en caldos o como condimento de diversos platos cocinados. Si las pencas son blancas o doradas, son perfectas para consumirlas crudas porque son más tiernas y crujientes Recuerda eliminar con un cuchillo los hilos a la penca si los tuviera.
La semilla de apio se usa como condimento. Si se muele y se mezcla con sal se obtiene la sal de apio, que en ocasiones se combina con ajo seco.Si es posible, se recomienda preparar la sal de apio en el momento de utilizarla, ya que se enrancia con facilidad.
Cómo conservar el apio
El apio se puede refrescar sumergiendo la parte inferior de su tallo en agua, como si de una flor se tratara, aunque el que está marchito nunca recuperará su frescura. En la nevera aguanta 2 ó 3 días y mejor si se envuelve en papel húmedo.
Es un vegetal que se puede congelar si se escalda previamente durante unos 3 minutos, aunque al descongelarlo pierde su textura crujiente.
Su mejor temporada
Existen dos épocas de siembra, invierno y primavera.
Curiosidades
El fuerte olor del apio silvestre en la antigüedad lo asociaron al culto a los muertos y tal vez por ello las tumbas de los griegos se cubrían con guirnaldas de apio. Asimismo, entre los ornamentos de las momias egipcias se han encontrado restos de esta hortaliza. El apio tenía la misma función que los crisantemos de nuestros días y era el símbolo de luto.