Calabaza/Cucurbita maxima
La calabaza es el fruto de la calabacera y pertenece a la familia de las Cucurbitáceas. Esta familia comprende unas 850 especies de plantas, en su mayoría herbáceas, trepadoras o rastreras, que producen frutos grandes y con una corteza firme. Algunas frutas como la sandía y el melón, junto con hortalizas tan comunes como el pepino o el calabacín, pertenecen a esta misma familia.
Las principales variedades son las calabazas de verano y las de invierno.
Las calabazas de verano suelen ser de piel clara, semillas blandas y se conservan poco tiempo. A este grupo pertenecen:
Las calabazas de invierno suelen ser más secas, fibrosas y dulces que las de verano. Su piel es muy gruesa, lo que permite que se conserven durante más tiempo. Entre ellas se encuentran:
Algunas fuentes afirman que su origen podría estar en América, pero parece ser que la calabaza es una hortaliza originaria de Asia Meridional. Numerosos autores antiguos citan la calabaza en sus escritos y se sabe que su cultivo ya se producía entre los hebreos y egipcios.
En un principio, la calabaza se cultivaba para el aprovechamiento de sus semillas más que para ser consumida. Esta costumbre fue desapareciendo a medida que surgieron variedades con más pulpa y sabor más afrutado.
Su consumo se extendió desde Asia hasta América Central y a partir de allí llegó tanto al sur como al norte de este continente. No fue hasta el siglo XV cuando los españoles introdujeron la calabaza en Europa, donde se propagó principalmente en los países de clima más cálido.
En la actualidad, la calabaza se cultiva en terrenos cálidos y húmedos de todo el mundo.
El componente principal de la calabaza es el agua, lo que, unido a su bajo contenido en hidratos de carbono y a su casi inapreciable cantidad de grasa, hace que sea un alimento con un escaso aporte calórico.
Es una buena fuente de fibra que ofrece valor de saciedad y mejora el tránsito intestinal por la alta presencia de mucílagos, los cuales tienen la capacidad de suavizar las mucosas del tracto gastrointestinal.
En relación con las vitaminas, la calabaza es rica en beta-caroteno o provitamina A y vitamina C. Presenta cantidades apreciables de vitamina E, folatos y otras vitaminas del grupo B tales como la B1, B2, B3 y B6.
La pulpa de la calabaza se puede consumir tanto cruda (picada fina), en ensaladas, entremeses o bocadillos, como cocida en purés, cremas frías, como la vichysoisse o cremas calientes, frita, rehogada y/o al horno.
¡Ojo! Cuando la queramos cocer os recomendamos no cocerla más de 20 minutos si no quieres que se deshaga totalmente.
Una de las mejores formas para conservar la calabaza entera, sin abrir, es guardarla en un sitio fresco y oscuro, protegiéndola del calor, el frío y la luz. La temperatura ideal sería entre 10ºC y 16ºC, ya que pueden durar hasta seis meses bien conservadas. Una vez cortadas en porciones, lo mejor es protegerlas con film de plástico y dentro de la nevera.
Si está cocinada la podemos conservar en la nevera o en el congelador.
Para congelarla te recomendamos escaldarla, ya que si no se cocinan o se escaldan, al descongelar la pérdida de humedad será mayor y hará que tengamos una calabaza de consistencia muy rara.
De marzo a diciembre.
La siembra de la calabaza suele realizarse a primeros de marzo, retrasándose a abril o mayo cuando el tiempo es algo frío. Para facilitar la germinación de esta planta es recomendable envolver las semillas en un paño mojado unas 24 a 48 horas antes de sembrarlas.
La siembra se hace a golpes en el terreno, poniendo 5 a 6 semillas en cada golpe. Más o menos contamos con 5 kilogramos de semillas por hectárea sembrada.
La temperatura del suelo debe ser superior a los 15 grados en el momento de la siembra. Si no fuese posible alcanzar esta temperatura, es mejor retrasar la siembra algún tiempo.Se puede sembrar también en semillero, al aire libre, en túneles o en semilleros cubiertos.
La calabaza no es una planta muy exigente en humedad del suelo, pero reacciona muy bien a los riegos. Sus necesidades en agua van en aumento a medida que el fruto va creciendo hasta alcanzar su estado final. Hay que tener en cuenta que si la siembra se ha hecho después de riego o lluvia, no hay que volver a regarla hasta la formación del primer fruto.
Recolección: el tiempo que transcurre desde la siembra hasta que se puede recoger, depende de la zona, es de 4 meses. Para que las calabazas sigan produciendo es necesario cortar los frutos antes de su maduración total.
Los frutos deben conservarse en lugares frescos, ¡pero cuidado! Los frutos estropeados por golpes, heladas o enfermedades deben ser quitados antes de que estropeen los de alrededor.