Puerro / Allium ampeloprasum var. porrum
Esta verdura forma parte de la familia de las Aliáceas, al igual que la cebolla y el ajo.
La planta del puerro tiene tres partes:
La parte aprovechable es el fuste: el trozo blanco y alargado.
Un puerro suele tener cerca de medio metro de altura, pudiendo llegar a alcanzar un grosor de entre tres y seis centímetros.
No existe ningún dato que certifique el origen de esta planta, ya que nunca se encontró en su estado salvaje. No obstante se cree que procede de tiempos de los celtas, concretamente de las zonas de Mesopotamia, Egipto, Turquía, Israel, etc. hacia el 3000 o 4000 a.C.
Los romanos la utilizaban en la cocina. Además, se dice que el emperador Nerón era un apasionado del puerro y que lo consumía en infinidad de sopas.
Su nombre se asoció como ajo de oriente y se usaba en guisos de cocina y en medicina. En la Edad Media su cultivo se extendió por Europa y de ahí al resto del mundo.
Es en ese tiempo cuando desarrolla un creciente interés, ya que se empezó a utilizar para paliar el hambre de la época y las numerosas pestes y epidemias que se desencadenaron.
En España la zona donde más se cultiva es el norte.
En cuanto a su composición en minerales, destaca su contenido en:
Además, el puerro es una buena fuente de folatos y también aporta vitaminas C y B6.
¿En qué ayuda cada uno?
Esta verdura se usa a menudo en sopas y cocidos.
En nuestra cocina existen varios platos que incluyen el puerro entre sus ingredientes. El más famoso es, sin duda, la porrusalda.
¿Qué es la porrusalda?
Una especie de sopa, en la que el puerro es el ingrediente principal (porrusalda es literalmente sopa de puerro en euskera).
En otras gastronomías también aparece como ingrediente principal: en el waterzooi belga, en diversos platos franceses, como el vichyssoise o el mirepoix o en el leek soup de la cocina galesa.
¿Sabes para qué usar su parte verde?
Una vez en casa, hay que cortar el tallo en sentido longitudinal y lavar las hojas con agua. Además, hay que separarlas una a una para poder eliminar la tierra que queda entre ellas. Los puerros se mantienen en buen estado dentro de la nevera, pero una vez cocinados hay que consumirlos en pocos días ya que, de lo contrario, pueden resultar indigestos. Los puerros congelados duran alrededor de tres meses. Se recomienda cocinarlos sin descongelar debido a que su textura empeora y pierden sabor.
Otoño, invierno y primavera.
El puerro se adapta a diferentes rangos de temperatura, pudiendo encontrarse tanto en invierno como bien entrado el verano. Aun así, existen variedades adecuadas para cada época del año.
Es una hortaliza que se desarrolla mejor en suelos fértiles, frescos y sueltos, pero también admite cierta salinidad.
Antes de la siembra conviene incorporar compost maduro y rotar después de un cultivo de leguminosa, como el de las lentejas, por ejemplo.
Son plantas bianuales y su cultivo es anual. Un gramo de semilla contiene entre 350 y 400 semillas. Se plantan a uno o dos centímetros de profundidad, con una distancia de diez a quince centímetros entre plantas. La duración del cultivo es entre cuatro y seis meses.
Es un cultivo muy fácil de cuidar. Hay que escardar con la azada y oxigenar la tierra, regándolo por inundación una vez por semana en verano.
A lo largo del cultivo, a medida que los puerros van creciendo, se les aporca la tierra haciendo más altos los camellones. Así, se consigue aumentar la porción blanca de los puerros y alargar el periodo de recolección al estar más protegidos de las heladas.
Se suelen cosechar cuando alcanzan los quince a veinte centímetros de largo.
Si tienes una huerta familiar puedes envolver el tallo con cartón o papel de periódico unas dos semanas antes de su cosecha. Además, se pueden ir cosechando y consumiendo pequeñas cantidades.